La transmisión de virus
resistentes puede tener efectos negativos tanto en la infección individual como
sobre el curso de la epidemia a nivel de población.
Miguel Vázquez – 22/10/2012
Uno de los principales
problemas que presenta el tratamiento de las infecciones es que el agente
infeccioso puede desarrollar resistencia a los fármacos. Este problema se ve
acrecentado en el caso de las infecciones crónicas, como ocurre con el VIH. Un
nuevo estudio publicado en la revistaRetrovirology ha examinado la huella
genética que la resistencia a fármacos provoca en el VIH y halló unos
polimorfismos compensatorios que ayudan a que el virus resistente pueda
sobrevivir.
En la actualidad, la
estrategia empleada para tratar la infección por VIH tipo 1 (VIH-1) consiste en
impedir la replicación viral (determinada a través de la medida del número de
partículas virales en sangre) y reparar el sistema inmunitario (valorado mediante
el recuento de linfocitos CD4). A lo largo de los últimos 20 años, el
tratamiento ha variado en gran medida, lo que se ha traducido en un aumento de
la expectativa y calidad de vida del paciente. Sin embargo, la posibilidad de
que se produzca una resistencia a fármacos obliga a emplear una variedad de
medicamentos para conseguir una supresión virológica completa. Para leer más
visita: